sábado, 11 de enero de 2014

Cuando hierve un comité primario

Comienza el orden de día, bastante tensión en el ambiente, pero poco a poco todo comienza a distensionarse, tareas cumplidas, comentarios productivos, retos planteados, que logran amansar el tiempo y el espacio.

De repente, cuando sentimos que falta, que es poco, que queremos más .... pensamos que es contra mi, que es contra usted.... Es cuando delatamos nuestra vulnerabilidad, cuando dejamos de ser yo y sintiéndonos protegidos por el grupo, enfilamos la defensa para contraatacar en el momento más oportuno.... Y es aquí cuando comienza a hervir la olla, cuando después de conocer y aplicar todos los ingredientes, se produce una mezcla peligrosa que desata nuevos sabores y colores que sólo si sabemos interpretarlos y valorarlos, serán más a favor que en contra de los resultados esperados de la receta que con tanto esmero planeamos.

Aún con todas las piezas candentes y muy cerca de desbordar por la fuerte temperatura, debemos dejar que llegue al "punto hervor", aquel punto en donde llegamos al límite de nuestra imaginación, en donde dejamos que nuestro pensamiento oculto deje de serlo y en donde se genera un espacio único de debate sincero y agreste que desgasta pero que a su vez enriquece y permite generar transparencia, coherencia y consistencia ante tantos comités que sólo se limitan a llevar un acta y salir muy sonrientes, pero con una receta desabrida que nunca buscó la mezcla perfecta y las respuestas a las preguntas que de manera continúa siempre nos estamos plantenando.

Bienvenida la discusión, bienvenido el debate, bienvenidos los espacios en los que podemos llegar al límite y en los cuales el desgaste calórico es tal que sólo la suma de ingredientes bien cocidos permitirá lograr la receta que hemos estado buscando.